Rodón Asencio. Teresa
        [967] (1862-1903)

 
   
 

    

 

   Fundadora de las Franciscanas de la Madre del Buen Consejo, en 1896. Nació en 1862 en Barcelona, hija ilegítima de un renombrado jurista y político.
   Su vida infantil fue triste, pues su madre era maestra y llevaba vida desarreglada. Tuvo que vivir en horas diferente como acogida en varios hogares. Al llegar a edad núbil, fue obligada por la madre a contraer matrimonio con Ignacio Agell con ella cohabitaba, para cubrir las apariencias sociales.
   En 1877 huyó del hogar, al marcharse su madre a Zaragoza con Ignacio Agell para vivir más libremente. Fue acogida en las Adoratrices en Barcelona. Con ellas, inició su proceso de nulidad matrimonial en el tribunal eclesiástico de Barcelona. No lo obtuvo al no tener asesoría suficiente y no saber hacer ante el tribunal.

   A los 21 años tuvo que dejar las Adoratrices y se puso a servir en varias familias. Terminó en Francia con una de ellas y parece que ingresó en un Noviciado de Capuchinas en Tern.
   En 1895 los conventos son suprimidos en Francia. Ella regresó a España, por consejo del Provincial de los Capuchinos  para unirse una fundación que él proyectaba, pero fue abandonada a su suerte por el citado capuchino. Fue acogida en una casa de Lecároz, Navarra, donde se relacionó con Gabriela Quintana, que había sido religiosa. Con ella intentó abrir una casa de acogida, pero su proyecto fracasó por el desequilibrio de Gabriela.
   A pesar de ello, aconsejadas por un piadoso sacerdote conectaron con el Obispo de Astorga que le permitió abrir una casa para muchachas margina­das.
   En 1896 se inició la casa y pronto prosperó con otras postulantes. En 1898 abrieron otra casa en Llanes. Y en 1899 se inició otra casa en Madrid. En 1900 se retiró de la obra la inestable Quintana, pero la superiora dejada en Astorga pretendió dirigir el Instituto. El 27 de Diciembre de 1903 fue objeto de una calumnia grosera. Impresionada por ella, tuvo un derrame cerebral, del que murió a los dos días. Pero su obra era de Dios y siguió desarrollándose.